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En un momento en que es más fácil que nunca abstraerse y obviar los mensajes que no nos interesa recibir (plataformas de contenidos sin publicidad, adblockers, la doble pantalla que nos permite saltar de un contenido a otro cuando aparecen los anuncios, el tan amado por todos botón de skip ad…), las grandes estrategias de medios y soportes que aseguraban que una marca destacase frente a su competencia, ya no son suficientes. Desde hace años vemos que incluso las marcas con los mayores presupuestos de publicidad del mundo, buscan la forma de ser relevantes con sus comunicaciones y campañas, tratando de encontrar ese mensaje que atraiga y merezca la pena escuchar (independientemente de lo grande que sea su presupuesto de medios): Dove y la belleza real en la era de la superficialidad y las RRSS, Nike y la lucha por la libertad e igualdad en un momento en que el racismo vuelve a ocupar los titulares en medio mundo, KFC y su misión por hacernos sonreír justo cuando más falta hacen el humor y la diversión, Diesel y su constante y descarada lucha contra el Status Quo y el sistema, un sistema al que pertenece y alimenta la propia marca… 

La competencia se multiplica, pero también nuestras herramientas

Las grandes marcas son las primeras que han entendido que la verdadera batalla, hoy en día, es por captar la atención de nuestra audiencia. Una batalla en la que coincidimos marcas, productoras, activistas, artistas, famosos, cantantes, medios de comunicación, creadores de contenido, gobiernos de países, autores de libros, comics, revistas, fanzines, tuiteros, tiktokers, instagramers, modelos, pintores, poetas, deportistas, egamers… cualquier ente, persona o cosa capaz de captar y retener la atención de la audiencia a la que nos dirigimos, es hoy parte de nuestra competencia. Lo sé, parece una lucha abrumadora y casi imposible de ganar. La competencia se ha multiplicado por millones, sí, pero también lo han hecho las armas y estrategias que podemos utilizar para entregar nuestros mensajes “de siempre” de una forma innovadora. Cualquier soporte, medio o cosa que sea capaz de transmitir un mensaje a nuestra audiencia, para generar en ellos una respuesta, debe ser entendido, analizado y valorado con seriedad, como cualquier otro soporte o medio tradicional de publicidad

No todo vale para todas las marcas

Hoy en día todo puede ser publicidad, pero no todas las estrategias, mensajes y fórmulas encajan con todas las marcas, y es ahí donde la estrategia, los datos y la creatividad pueden, y deben, ayudar a encontrar esos lugares comunes entre marca y audiencia, desde donde podemos comenzar a generar valor para destacar, atraer, convencer y vender. La publicidad ha muerto, larga vida a la publicidad.

Sergio Villarrubia

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